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martes, 15 de noviembre de 2011

Primera Impresión de Madame Bovary

La novela comienza de una manera algo lenta y tediosa. Gustave Flaubert nos presenta a Carlos Bovary y lentamente nos va describiendo su personalidad a través de sucesos que le ocurrieron entre su niñez y su reciente vida como adulto. Flaubert se enfoca mucho en describir las acciones de Carlos y los lugares donde se encuentra, por lo cual en los primeros capítulos ya podemos alcanzar una  idea clara sobre qué tipo de personaje es. Se puede notar que Carlo Bovary es un hombre bueno, pero que le falta dedicación y propósito, por lo cual se deja acomodar la vida por su madre; es muy dependiente. Su profesión como médico y su primera esposa fueron las cosas que su madre quiso para él, y por ello Carlos las aceptó, pues no tenía nada más lo que hacer. Sin embargo, luego de la primera visita de Carlos a la granja de los Bertaux, la novela comienza a ponerse más interesante, ya que se puede notar una cierta conexión entre Carlos y Emma, y se puede prevenir que algo va a pasar. Es aún más atrayente el hecho de que Emma es un personaje muy distinto a Carlos. Ella es bella, refinada, y tiene una falsa impresión de la vida real, pues las novelas y su imaginación la han hecho creer que su vida va a ser una aventura llena de pasión. De este modo Flaubert demuestra el contraste entre el realismo y el romanticismo, a través de dos de sus personajes que son muy diferentes y mientras uno (Carlos) ama más al otro, el otro (Emma) lo empieza a detestar más y más. Claramente Madame Bovary aparenta ser una novela trágica,  pero por ahora la trama se ve bastante interesante, por lo cual vale la pena leerlo.

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